
Dos amigos conversan mientras revelan sus secretas identidades, él, se corrige sobre la marcha, ella, se hace la desentendida, que no es tener sensibilidad de género andar preguntando si él dijo él cuando comentaba sobre su último ex.
Dos amigos ríen mientras confiesan sus cuitas de amor, ella dijo él en un tiempo pretérito que no especificó, y ese él no era el él actual por supuesto, con tanta sublimación hubiera podido serlo pero sólo en la imaginación.
Dos amigos beben mientras construyen relaciones imaginarias con seres imaginarios en condiciones imaginarias, ensayan fórmulas mágicas para crear parejas perfectas con balances perfectos en universos perfectos, él habla de un príncipe/toro, ella de un príncipe/rana.
Dos amigos salen de un bar plagado de borrachos, aún más borrachos que ellos, ella le pide que le guarde la espalda, que las metidas de mano están a la orden del día, él le ofrece cuidarle el trasero como escudero.
Dos amigos descubren que la química es alquimia y no arritmia y que viene en dosis exactas de olor, color, forma, tamaño, frecuencia y cantidad, que la receta la halla cada quien con cada cual y que los moldes no calzan a todos por igual.
Dos amigos se van a dormir cada uno por su lado en complicidad secreta y en secreta complicidad.
Dos amigos ríen mientras confiesan sus cuitas de amor, ella dijo él en un tiempo pretérito que no especificó, y ese él no era el él actual por supuesto, con tanta sublimación hubiera podido serlo pero sólo en la imaginación.
Dos amigos beben mientras construyen relaciones imaginarias con seres imaginarios en condiciones imaginarias, ensayan fórmulas mágicas para crear parejas perfectas con balances perfectos en universos perfectos, él habla de un príncipe/toro, ella de un príncipe/rana.
Dos amigos salen de un bar plagado de borrachos, aún más borrachos que ellos, ella le pide que le guarde la espalda, que las metidas de mano están a la orden del día, él le ofrece cuidarle el trasero como escudero.
Dos amigos descubren que la química es alquimia y no arritmia y que viene en dosis exactas de olor, color, forma, tamaño, frecuencia y cantidad, que la receta la halla cada quien con cada cual y que los moldes no calzan a todos por igual.
Dos amigos se van a dormir cada uno por su lado en complicidad secreta y en secreta complicidad.