jueves, 15 de enero de 2009

muerte chiquita


Guarda che luna, guarda che mare, da questa notte senza te dovre restare

folle d'amore vorrei morire mentre la luna di lasse mi sta a guardare.

Resta soltanto tutto il rimpianto perche ho peccato nel desiderarti tanto

ora son solo a ricordare e vorrei poter ti dire guarda che luna, guarda che mare!

Ma guarda che luna, guarda che mare, in questa notte senza te vorrei morire

perche son solo a ricordare e vorrei poter ti dire guarda che luna, guarda che mare!

Guarda che luna, guarda che mare! Che luna!


Lo que me pasa es algo muy extraño. Creo que amerita psicoanálisis, o quizá sólo sea un pretexto para echarme en el diván a confesar lo inconfesable, lo inenarrable, lo indescifrable…

Le comenté a alguien, no sé si buscar un cura, un psicoanalista o un árbitro. Me recomendaron lo tercero, alguien que me saque tarjeta amarilla o roja, que me marque las líneas de la cancha o que simplemente toque el pitazo final y me mande a dormir.

Un cura…. Un cura me mandaría a rezar no sé cuántos padres nuestros, avemarías y yopecadores… no, creo que no, no es opción válida para mí, que prefiero un ángel de la guarda dulce compañía, sin mayor trámite ni agonía…

Un psicoanalista, uhm, suena tentador, alguien que me dé algunas claves, de sol, de fa de re, para interpretar mi música interior, esa que suena en cualquier momento, en intensidades tan variadas que sólo me queda atribuírselas a las hormonas…

Un árbitro, ajá, creo que haré caso del consejo. Qué me diría un árbitro? primero, que me ponga un informe, que por fin me decida por algún equipo, que no puedo andar metiendo autogoles ni fauleándome yo misma…qué más… que respete el pitazo final, 90 minutos son 90 minutos y no hay tiempo suplementario, me recordaría que ya estoy jugando el segundo tiempo… que debo apuntar al arco, que el objetivo es claro, que me concentre… que no importa la tribuna, si es barra brava o mansa o trinchera norte o sur, este u oeste, ni las pifias ni los aplausos, que no espere nada, cera a los oídos como Ulises frente a los cantos de las sirenas… que no me deje seducir…me diría keep your cool and focus… y yo le haría caso, claro que le haría caso, por un minuto o dos le haría caso, pero así no juega Perú, yo no juego así … so, tendré que prescindir del árbitro también.

Mientras tanto, seguiré viviendo mis muertes chiquitas. En ascuas cuando luego de haber tratado de pelar una cebolla, o de responder un examen o de acabar cualquier tarea contra el tiempo, sienta que ese tiempo que se me va es el placer que me llega, chiquito, como la muerte, que sólo aparece cuando menos se espera. Y así, tratando de retenerla, con el alma en un hilo, y disfrutando de cada estertor, empiece a despertar y a preguntarme, por qué no muero despierta, aunque sea un poquito?



3 comentarios:

Cesarolo dijo...

Probablemente hayan más opciones que el cura, el psicoanlista y el árbitro eh!!!
Pero sí, como lo planteas es así, habrá que ponerse una camiseta y anotar hacia una sola portería.
No te preocupes, estaré en la tribuna para gritar tus goles y mentarte la madre si es que empiezas a jugar mal jajaja

Ebam dijo...

ay partner, a veces quisiera que la vida fuera una cowboyada (Amelia dixit), con los bandos claramente definidos, pero no es así... gracias por haberme simplificado la vida en muchas cosas :) y por ser tan claro en tus apreciaciones, sino, no sé qué tesis hubiera hecho, jajaja

Cesarolo dijo...

Nunca tanto, nunca tanto...