lunes, 19 de enero de 2009

salió el sol


Salió el sol, y yo como siempre había estado esperándolo ansiosamente, como al enamorado cuando una tiene 14 años. Ahora tengo 44 y no espero mucho, aunque al sol siempre lo espero, no puedo prescindir de él. Lo estoy viendo, bueno, es un decir, estoy dejando que me vea, saliendo de mi escondite, como insecto que sale a buscar alimento. Yo me alimento de él. Cuando ya nada me caliente la piel, y haya dejado de esperarlo, cuando me dé igual si brilla o si está oculto detrás de las horribles nubes, cuando me sienta tan tullida que ni el calor me ayude, preferiré recogerme en un escondite como las arañas. Quizá me sienta tan seca y tan dura, que me dé igual verano o invierno. Aun no es así, felizmente. Aun me desenvuelvo con su tibieza, y mi piel reacciona todavía, tiñéndose de naranja, de rojo, de cobre, de marrón, de todos los tonos que él le quiera imprimir. Algún día, esa maravilla que Renato aun disfruta y que yo cuido con esmero, estará llena de manchas, no habrá cremas que la suavicen, ni aceites que la lubriquen. Estará tan marchita, tan ajada y seca, que odiaré al sol que hoy venero. Me arrepentiré de las horas lagartas y de los minutos de marmoteo, de todas la arenas y de todos las sales, de tanto bloqueador 4 a 45 que no surtió efecto. Porque cuando el sol deja de calentar por dentro, por fuera, todo se apaga.

4 comentarios:

Cesarolo dijo...

Y qué con los que no preferimos el sol??? Si el sol no me calienta por dentro (ya suficiente con lo que jode por fuera) ando apagado???

Anónimo dijo...

Amo el solcito de la sierra, y no hay nada que extrañe tanto en el invierno gris de Lima que el sol luminoso que enciende todo. Sin embargo, me asusta el sol del mediodía y prefiero una buena sombra. Nada para mí como el sol de la madrugada y los atardeceres en el mar. Qué va!!
Fernando

Anónimo dijo...

como nota al pie, te cuento que la energía solar, desde la cosmología tibetana, representa la energía o aspecto femenino. Ésta se encuentra asociada a la perfección de la sabiduría! ;-)

Ebam dijo...

amo el sol de la sierra que sólo calienta a la intemperie y es tímido bajo los techos, el de la selva reflejado en los rios como sablazos de luz atravesando serpientes, el de la costa, calcinante en el desierto y tan deseado cuando la panza de burro del cielo limeño pareciera aplastarnos sin piedad...amo el sol de la tarde, el de la mañana y el del mediodía me atrae como un foco a los mosquitos, así de básica, así de primitiva con respecto al sol...me encantó verlos puntos de vista, diversos, interesantes...gracias.