sábado, 6 de diciembre de 2008

¿cómo influye la cultura en el desarrollo del Perú?


La cultura construye identidad. La cultura propicia cambios. La cultura rescata memoria. La cultura insinúa tolerancia. La cultura nos cuenta historias al oído, nos trae los chismes del pasado, y esparce rumores hacia el futuro. Los peruanos, escuchamos, a veces prestamos atención, cuando queremos y a lo que queremos. Somos sibaritas, religiosos, orales, gestuales, copiones y mirones. Hemos transcurrido por la historia cargando vergüenzas ajenas y ocultando orgullos propios. Tenemos herencias pero también esencia. Pero ¿de qué nos sirve todo este bagaje ahora que es necesario distribuir equitativamente y jalar al de abajo e integrar al de afuera? Nos sirve como hilo conductor, para reconocer en el otro a uno mismo. Nos sirve para tomar conciencia de que en una nación todos merecemos el mismo trato y nos debemos el mismo respetuoso y considerado trato que esperamos hacia nosotros. Podemos desarrollar a partir de nuestra cultura y a pesar de ella. La educación es lo fundamental. Fundamental es también la comunicación. Impostergable la memoria e imprescindible la tolerancia. Pero la construcción del desarrollo a partir del reconocimiento de la cultura va más allá. Implica un diálogo intercultural y no simplemente una coexistencia más o menos armónica. Implica crear espacios abiertos en las escuelas, en los hogares, en las iglesias, en los parques, en los medios de comunicación, en las galerías de arte, en las plazas, en las calles, en los bares y tabernas, en los cines y discotecas, en las universidades y el Congreso pero también en las cárceles y en los mercados. Espacios abiertos a las ideas del otro, donde exista la garantía de poder ser escuchado y la disposición a escuchar. Donde la quena y la flauta traversa no compitan sino que armonicen. Donde no importe si vas vestido de poncho o de terno. Donde el quechua y el aymara resuenen al lado del castellano y del aguajún. Donde el pañuelo de la marinera vuele junto a la bandera y ambos no sean sólo símbolos vacíos de contenido. Donde el contenido de los símbolos sea una creación colectiva en que cada peruano y peruana imprima su huella, y sople su aliento, su samay.
¿Cómo no sonar utópica hablando de cultura y desarrollo? Es aprendiendo a vivir cada día en un Perú que nos duele y que nos gratifica. Aceptando el reto cada día de criticar menos y amar más, lo que anhelamos ser pero sobretodo lo que somos.

1 comentario:

Cesarolo dijo...

20, o como dice mi hermana AD(que es más que 20)