miércoles, 12 de septiembre de 2007

Juego de roles

Te veo como... me ves como...¿qué pasa cuando la imagen que se tiene de una misma no calza con la que los demás tienen de una? El juego de roles es como adentrarse en un juego de espejos. Las imágenes reflejadas son infinitas.
Reflexiono sobre lo ocurrido en una sesión de la Maestría en Gerencia Social de la Universidad Católica. Enfrío mi cabeza y aquieto mi corazón para ordenar los acontecimientos, lo que se dijo, cómo se dijo, por qué se dijo.
Todos y todas somos profesionales, provenientes de diversas canteras. Todos muy comprometidos. Todos con altas expectivas de lo que una Maestría en la Universidad Católica puede ofrecer. Nuestro rol, además de aprender y "aprehender, por supuesto, va más allá. Cuestionamos. Cuestionamos la realidad porque no estamos conformes con ella. Nos rebela la pobreza y tenemos la convicción de que, desde nuestras respectivas trincheras, algo se puede pero sobretodo, se "debe" hacer. Y allí vamos, entre textos, trabajos en grupo, lecturas, exposiciones, jugando los roles de los gerentes sociales que pretendemos llegar a ser.
De pronto, en este juego de espejos se interponen imágenes distorsionadas. No estamos reflejando la imagen de profesionales, futuros gerentes sociales. Imagen contra imagen, inadvertidamente, se cuela una extraña visión. Desde alguna perspectiva somos observados como alumnos de pre-grado. Se cuestiona cuestionar. El discurso se invalida. Surgen los calificativos. La distorsión es total.
Aguzamos la visión. Revisamos los filtros. La luz. Los ángulos. Los lentes. La postura. El encuadre. La intención. El contexto. Echamos mano de cuanto recurso nos es familiar. Volvemos a mirarnos. Imágenes ad infinitum. Qué difícil dilucidar en qué momento el reflejo dejó de corresponderse con la realidad.
Regreso a la sesión. Me sitúo en la posición del otro. Observo. Me observan. Difícil también calzar zapatos ajenos. Te veo como... me ves como...desfase, nuevamente distorsión. Soy autoridad y me cuestionan. Mi palabra no es la última palabra. Mi gestión en tela de juicio. No usan el tono adecuado para dirigirse a mí. La réplica suena a contestación. No lo permito. Califico. Descalifico. Abandono la escena.
Antes de conocernos, hemos dejado de re-conocernos. Los espejos rotos han distorsionado los reflejos y los roles. No te miro, no me miras. Extraña situción para una Maestría en Gerencia Social.

3 comentarios:

Cesarolo dijo...

Esta vez tengo que discrepar contigo...
Todos muy comprometidos??? TODOS??? NO!!! nada que ver, TODOS opinan, dicen, imponen, se enojan, gritan, reclaman, exijen; pero, no son capaces de decir esta boca es mia y quienes son los que pagan los platos rotos??? para pensarlo no???...
Me he dado cuenta que estas cosas son así, por donde quiera que vaya o donde quiera que caiga así va a ser, tengo que aprender a vivir con eso, siempre existirán "Gallitos" y "Gallitas"; pero, recordemos, perro que ladra no muerde, es por eso que yo no ladro.
TQM Mamá/partner...

Ebam dijo...

mientras leo tu comentario, sé que están sacándose la mugre en el salón por lo de la división de la clase. Ojalá que sean consecuentes. Por mi parte, estoy tranqui. Digo lo que pienso y actúo en consecuencia. Al menos eso trato. Me 2, my one and only reader, by now and bye now. MM

Cesarolo dijo...

Tengo que volver a comentar... no entiendo nada de lo que sucede, no sé si es porque soy más joven que el común denominador de la clase y veo las cosas con mayor practicidad o porque simplemente me llega; pero, no es posible que ocurran estas cosas, no es posible que exista GENTE DE MIERDA que sólo abra la boca porque la tiene o porque no tiene nada mejor que hacer y habla por hablar...
No sé cómo me contuve para no decirle sus verdades a esa gente, no sé si estoy más molesto que indignado, no lo sé, sólo sé que si hace un tiempo mi posición era la de callar y sólo comentarles a uds lo que pensaba y pronosticaba (que dicho sea de paso, se cumplió a cabalidad), a partir de hoy es de simple indiferencia.