domingo, 23 de septiembre de 2007

ni uno ni otro

Lloran mis ojos viendo la barbarie cometida contra el ojo que llora. Máxima demostración de intolerancia. Qué está pasando? Ni de un lado ni del otro. Trato de situarme en el justo medio, retrocedo, me abstraigo para cuestionar y contradecirme, porque el que no se contradice es un imbécil, como decía una loca profesora de la universidad que acabó más dura que una estatua de sal de tanto tiro... y como me contradigo, acabo asumiendo las posiciones más impensadas, como el otro día, en la inauguración de la VI Feria de Organizaciones Internacionales organizada por la Facultad de Derecho de la PUC. El tema que nos convocaba a los "cooperantes" y a la "academia": derechos y desarrollo. Insistí en participar y le vendí la idea a mis jefes aun sabiendo que entraba a un espacio que nos es adverso. Pero tanto así? Más que adverso, contradictorio, por lo tanto, no se les puede acusar de imbecilidad, siguiendo a mi recordada profesora. Mi ingeniudad sigue llegando a tanto, que acudí oronda a la ceremonia de inauguración donde se presentaba el grupo Andanzas. Puesta en escena interesante, tratándose me imagino, de una creación colectiva de los alumnos y alumnas del taller de danza moderna de la universidad dirigido por una experimentada coreógrafa. Interesante, como dicen los británicos y los gringos cuando no saben qué decir, palabra inocua, vacía, hipócrita. El interesante espectáculo estaba lleno de clichés, lo cholo, exacerbado, la pituca, estereotipada, lo gringo, ironizado, con una obviedad digna de mejor causa. Hasta ese punto, vaya y pase. Observaban unas decenas de estudiantes y el ex-Presidente de la CVR, Salomón Lerner. Observaron todos ellos también, y aplaudieron, y se regocijaron, y sonrieron cómplices, cuando en el escenario un personaje vestido con traje de camuflaje que ondeaba la bandera de los Estados Unidos era acribillado a balazos imaginarios por otros frenéticos personajes que luego tiraban pica pica, y bailaban sobre el soldado muerto, la bandera, y pisoteaban cualquier vestigio de tolerancia y sensatez. Pero quién puede pedir sensatez a alumnos y alumnas llenos de fervor por los derechos humanos que dicen defender? Contadictorios (pero no imbéciles) danzan felices sobre la poca capacidad de reflexión que la universidad no se preocupa en cultivarles. Celebran inconcientes su propia vocación por la barbarie, tal cual como los bárbaros que tiñeron con pintura roja el ojo que llora y los caminos de piedras de tantas vidas perdidas. Vidas arrancadas de cuajo, como las piedras, por esa barbarie que ellos dicen condenar, pero que profesan con el mismo fanatismo de los extremistas, de uno y otro lado. Qué lástima, qué torcido está todo en este mi querido país, donde mejor será decir, no me defiendas compadre, mis derechos los defiendo yo, pero sin agredir los tuyos. Quizá el ejemplo surta mejor efecto que tanta parafernalia.

2 comentarios:

Cesarolo dijo...

Me diste en lo más profundo de mi ego cuando mencionaste la inocuidad, la vacialdad y la hipocrecía de la palabra interesante, y sabes qué? tienes razón, cada vez que a algo le digo interesante me siento un hipócrita, porque tengo algo que decir; pero, no lo digo, probablemente sea que no esté de acuerdo con eso y simplemente digo INTERESANTE, cuan hipócrita puedo ser...
Me gusta el final de tu post, el "mejor me defiendo solo" a veces puede funcionar, muchas veces hacemos daño, sin querer, cuando tratamos de defender a alguien; pero, creo que la intención vale.
No te preocupes, te defenderé a capa y espada MM, claro, si te hago daño, me lo dices, sabes que esa no es mi intención.

Carla dijo...

Sin comentarios, pero estoy harta que la gente encasille y encuadre mal. Un poco de flexibilidad en los criterios y apreciaciones sobre los fenómenos no vendría nada mal. A esta gente hay que enseñarle que existe una escala de grises y no solo el blanco y negro!!!